El Sistema de Salud se estructura en diferentes niveles organizativos para dar respuesta a la comunidad. En el primer nivel se encuentra enmarcada la estrategia de la Atención Primaria de la Salud, que no sólo provee servicios de salud sino que también afronta las causas sociales, económicas y políticas de la ausencia sanitaria. Su misión consiste en extender el sistema sanitario hacia todas las personas, permitiendo conocer la realidad social y sanitaria de la población, mejorando la comunicación entre el individuo, su familia y la medicina en sus diferentes especialidades.

La APS busca mejorar el estado sanitario de la población a través de la participación social, brindando cobertura universal mediante actividades de promoción y prevención de la salud, por medio de la visita periódica domiciliaria de los integrantes de los equipos de los Centros de Atención Primaria de Salud  (CAPS) municipales. Todo esto sólo es posible si cada acción que desde ella se lleve adelante, se basa en los principios de respeto a los derechos humanos, la equidad y la justicia social.

 

Primer nivel de contacto

La APS fortalece el primer contacto entre el vecino y el sistema sanitario. Contempla elementos esenciales como su carácter accesible, próximo y su adaptación a las posibilidades y necesidades de cada comunidad respecto de la atención de salud que se demanda en su seno. Puede y debe actuar como puente y enlace entre el sistema sanitario y otros componentes del desarrollo social y económico de la comunidad, abriendo así la puerta a la imprescindible colaboración intersectorial en el abordaje de muchas necesidades y problemas de salud.

Además, la APS es el servicio que desde la municipalidad se viene ofreciendo históricamente, ya que es el que le corresponde. Desde aquí se realizan un sinnúmero de actividades orientadas a la prevención y a la promoción de la salud en cada uno de los nueve CAPS municipales.

 

Prevención del cáncer

En lo referente al cáncer, en el marco del Plan Multiplicar, se vienen desarrollando diferentes acciones tendientes a la prevención. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda cuatro componentes de control de esta enfermedad para reducir la morbimortalidad y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Estos son:

La prevención: incluye acciones integradas a la prevención de otras enfermedades crónicas y problemas relacionados, lo cual ofrece un mayor potencial de salud pública y un método más eficaz a largo plazo para controlar el cáncer.

La detección temprana: detecta o diagnostica la enfermedad en una fase temprana, cuando existe un alto potencial de curación (ej. cáncer de cuello de útero o de mama).

El tratamiento: pretende curar la enfermedad, prolongar y mejorar la calidad de vida restante, después de la confirmación de cáncer mediante los procedimientos apropiados disponibles.

Los cuidados paliativos: satisfacen las necesidades de todos los pacientes que requieren alivio de los síntomas, así como las necesidades de atención psicosocial y de apoyo a los pacientes y sus familias.

Desde la APS es posible de realizar grandes aportes en lo que respecta a la prevención, la detección temprana y los cuidados paliativos.

 

Cinco consejos para la prevención del cáncer

1.      En adultos un nivel mínimo de 30 minutos diarios de actividad física regular (por ejemplo caminar) y de 60 minutos para niños y jóvenes en edad escolar;

2.      Utilizar protectores solares y evitar por completo el uso de camas solares;

3.      Una dieta saludable que se caracterice por: una baja ingesta de grasas de origen animal (fiambres, embutidos, manteca y leche entera, por ejemplo) y de ácidos grasos trans (presentes en la margarina, los productos de pastelería y las golosinas, entre otros), consumo de frutas y verduras (al menos 400 gramos por día), así como de legumbres, cereales integrales y frutos secos, y reducir al mínimo la exposición a aflatoxinas en los alimentos;

4.      Que las mujeres -especialmente entre los 35 y 64 años- se hagan un PAP cada año y si durante dos años seguidos éste da negativo, se puede seguir realizando cada tres años;

5.      Que las mujeres sanas, que nunca hayan padecido enfermedades en la mama (ni tengan antecedentes familiares), realicen una mamografía entre los 50 y 70 años cada 2 años.